stable boy

El chico del establo de los cuentos siempre se enamora de la princesa, siempre le tiene la montura arreglada y los estribos ajustados, nunca dice ni una sola palabra, la ayuda a subir al caballo y a bajar de este, guarda en sus manos el calor de ella cuando la toma y cierra los ojos al sentir el aroma de su pelo. Pasan los años y le ofrecen un ascenso, pero siempre dice que no porque verla a ella aunque sea una vez cada dos meses es el mejor sueldo que puede recibir.

Ella, la princesa, a veces le da las gracias.

Él, el chico del establo, siempre ha estado seguro de que ella será su reina.

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